lunes, 15 de agosto de 2011

Volví!

Soy de lo peor, sí. Cuando hice este blog metí mi rollazo de que iba a postear más seguido y blablabla pero la verdad es que no pude cumplir con el objetivo. En realidad este fue un ciclo durísimo, quizás el más duro que he tenido desde que estoy en la universidad. Lecturas, examenes, trabajos, presión se juntaron y afectaron mi salud de una forma que nunca antes había sentido. Lo rescatable, digamos, de todo esto es que pese a la gran carga académica que tuve este ciclo ha sido el mejor que he tenido: mi ponderado subió y me permitió escalar algunos puestos dentro de mi especialidad, así que por ese lado estoy contento. Debo aclarar que siempre he tenido notas buenas, pero las del ciclo pasado fueron jodidamente buenas. Felicidad por ese lado. En fin, en cuanto a mi salud mental a mitad del ciclo ya estaba queriendo mandar todo al diablo, en serio, me sentía muy agotado mentalmente...muy agotado, hasta pensé dejar la universidad un tiempo. Simplemente llegó la crisis, de esas que te tumban y te hacen cuestionar hasta tu propia existencia.

Además, para variar, mis niveles de estrés y ansiedad se elevaron y empecé un proceso de somatización terrible. Todos los días me levantaba con náuseas y cada vez menos toleraba el desayuno y algunas comidas. Realmente la estaba pasando muy mal, muy mal. Claro, hasta ese momento no sabía que estaba somatizando y pensé que se trataba de una gastritis, en verdad no le encontraba una explicación a lo que me estaba pasando. Así que no aguanté más y decidí ir a la clínica. En la consulta le expliqué a la doctora todo lo que sentía y al toque me dijo que, efectivamente, parecía que se trataba de una gastritis por lo que era necesario hacerme una endoscopia, sí, la temible endoscopia. Para esto yo había ido a la clínica con la esperanza de que no me dijera que tenía que hacermela pero bueno, no me quedaba de otra. Para resumir, me hice la prueba y resultó que no tengo nada en el estómago. Me hicieron examenes de sangre y tampoco tengo nada, no tengo nada físico, orgánico ni gástrico. La conclusión pues es que mis síntomas responden a algo emotivo. Conversando con mi psicóloga, a la que tuve que recurrir después de tiempo y de forma desesperada, llegamos a la conclusión de que se trata de una somatización y por lo tanto debemos trabajar en eso.
Debo confesar que en las últimas semanas mi salud ha mejorado, las náuseas han disminuido notablemente. Bueno, todavía hay momentos en los que no tolero el desayuno pero ya estoy aprendiendo a manejar mis emociones. Ah, me olvidaba, me metí a clases de natación y eso también me ha ayudado bastante. Espero seguir mejorando. Ya luego postearé contando sobre mi primera clase de este ciclo.